viernes, 2 de noviembre de 2012

Doce Palabras: Para hablar

"Palabras"... "Para hablar"... ¿No pareciera como si "palabras" fuera una contracción de "para hablar"... Me gustaría pensar que en realidad es algo así, pero realmente no lo creo. Aún así, me gusta eso...

Ah, bueno, el día de hoy en realidad no tengo mucha decisión sobre que hablar, pero mi cabeza me está doliendo, el manga tarda en cargar, mi humar está decaído... Pero en realidad, no me encuentro mal. Esos pequeños detalles no son realmente lo peor que me podría sentir ni he sentido.
Antes quería hablarles de Delfie, porque de ella vale la pena hablar, pero siempre me siento tan pequeña cuando pienso en ella, que mi entrada también se volvió pequeña y poco clara, por eso es que decidí dejarlo. Basta con que visitaran en blog de "Si mi destino dependiera de mí" que está en la barra lateral. Tal vez, cuando haya madurado más, sea capaz de hablar de ella.

¿Pero de que debería hablarles? Hoy es el último día de nuestra celebración "Día de Muertos", tal vez debería hablar de ellos y como siento que poco a poco, en mi familia esa celebración se va haciendo menos y menos importante...
Sí, solo un poco... hablaré.
Bueno, yo recuerdo que de pequeña, alguna vez fui a visitar el panteón donde está mi abuelito, mi abuelo paterno. A él nunca lo conocí, creo que falleció antes de que yo naciera, pero nunca he preguntado cómo ni cuándo en realidad (hay muchas situaciones en mi familia que no he preguntado). Pero solo tengo recuerdos de esa única vez, en que fui con mi abuelita y mis tíos, mi hermano y mi prima. No me acuerdo si fueron mis padres. Se tiene como costumbre que el día de los muertos las familias vayan a los panteones para limpiar las tumbas de nuestros seres queridos, dejar flores y si se puede permitir hasta darles serenatas. La vez que fui vi como llevaban serenata, realmente me pareció muy tierno. Y la verdad es que en la limpieza de la tumba no ayudamos mucho mi hermano, mi prima y yo, recuerdo que estaban jugando con los gusanos que encontraban en la tierra y con otrosdeesos pequeños insectos negros que se hacen bolita cuando los tocas, no me acuerdo como se llaman...
Tal vez hayan ido antes o después, pero esa fue la única vez para mí. La verdad, ahora que soy consciente de ello, me gustaría volver a ir. Y yo quiero ser enterrada, no quiero que cremen mi cuerpo. Desearía que fueran a dejarme flores y a visitarme en este día.
En mis animes he visto que en Japón normalmente les hacen un pequeño altar en la casa a aquellas personas que se han ido, normalmente es una foto e incienso y algo más, donde piden por ellos y les hablan. En realidad, por supuesto no será en todos los hogares y no sé que tanto sea común, pero es bonito ver esa clase de cosas, y cuando crezca y si pierdo a alguien, dios no lo quiera, me gustaría hacerle algo así. Tendría su foto, sus cenizas acaso, y le hablaría y pediría por esa persona.
La ofrenda... nunca hice ofrenda en mi casa-casa, solo en la casa de mi abuelita hay ofrenda. Y hace años era más grande y bonita. Con el tiempo, eso ha ido también haciendose menos elaborado. Claro, antes tenian una mesa redonda enorme y todo el espacio debajo de las escaleras, que le hacian sombras y con las veladoras encendidas lo hacia ver precioso, pero eso no le quita que se que ya no es tan elaborado.
Se supone que en la ofrenda se pone papel picado, veladoras, incienso, flores de cempazuchil, la comida favorita de a quienes se la dedicaron. Todo tenían su razón, pero en realidad no sé el papel de cada uno de memoria. Y antes ayudabamos en parte, a acamodarla y todo, pero otra vez eso se perdió. Mi abuelita comenzó a hacerla sin nosotros y ya nunca cambió. Es triste, en realidad, como las tradiciones se van perdiendo.
Cuando sea grande, yo tendré una especie de casa-hogar, y procurare que eso no se vaya perdiendo como aquí pasa. No quiero que algo así suceda, porque me parece hermoso y muy triste como cada vez toma un papel menor en nuestra vida.
Bueno, otra tradición que va desapareciendo, esta vez si es muy en parte mi culpa, es entregar dulces.
Lo de pedir dulces no es de aquí de México, obviamente, es por el Halloween, pero eso no importa. En realidad yo nunca fui a pedir dulces. Nop, nunca lo hice, a menos que cuente cuando hace pocos años me presente en casa de la vecina de mi abuelita y "le pedi dulces", solo eso y volvi a la casa.
Yo siempre, en lugar de pedir, he entregado los dulces. Haciamos bolsitas de dulces, esperabamos afuera en el patio de mi abue mientras se acercaban a pedir calaverita, como aqui lo llamaron, y las entregabamos como se presentaban. Al principio eramos los tres, mi hermano, mi prima y yo, pero después lo dejó de hacer mi prima, ya sea porque ya no quería o se la llevaban sus papás, y comenzamos a turnarnos mi hermano y yo, ya no lo haciamos juntos. Y también las bolsitas comenzaron a disminuir. Ya no haciamos bolsas enormes enteras ni tazones enormes, este año solo fueron una bolsa y una caja mediana, no de mudanza, sino donde acaso guardariamos papeles y cuadernos. Y esta vez, para los dulces que llenaron las bolsas solo coopero mi primo malo.
Por eso es que digo que todo se va perdiendo, por lo menos, en mi familia. Nuestra generacion no es lo suficientemente grande para revivirlas por su cuenta (o lo suficientemente independiente) y la anterior creo que ya ha tenido su tiempo (o se han rendido muy pronto).
Al final termine hablando algo mas de lo que esperaba sobre solo un tema, y por eso es que me detendre por hoy.
Es de noche en estos momentos, me despido en estas ultimas horas del Día de Muertos, pensando... "me hubiera gustado que mis papás tuvieran esa tracidión en la casa, la costumbre de hacer ofrenda o por lo menos cambiarle las flores marchitas a mi hermanita..."
Acabar de pensar en ella, me hace entristecer... Hubo una época en que ya no recordaba su nombre... Ella será para otro momento.

 

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