martes, 6 de noviembre de 2012

Trece Palabras: Cumpleaños

Soy una persona muy egoísta, muy cobarde, demasiado dramática. Estoy segura que muchas personas me odian, que a muchas les caigo mal. Realmente, me es más fácil decir cosas malas de mí, e imposible no dudar si menciono alguna buena. No podría respaldar, al contrario, me pondría a debatirla conmigo misma.

Hoy es el cumpleaños de un amigo. Pero yo no lo celebrare con él. Realmente, no tengo ni el valor de decirle un simple "feliz cumpleaños", y no porque me guste y tenga pena, más bien tengo vergüenza porque... no le compre un regalo.
Que materialista soy. Pero es la verdad. No quiero decirle ni hacerle nada porque no le compre un regalo y me siento tan... sí, culpable por ellos, que opto por volverlo peor y hacer absolutamente nada. 
¿Ven lo horrible de mi actitud?
Tal vez pude haberle comprado algo aquí afuera, pero no me siento contenta haciendo eso. Para mí un regalo de cumpleaños debe ser algo que escogiste especialmente para esa persona, que te tomaste el tiempo en pensarlo e ir a buscarlo, algo que le diga como lo percibes y aprecias. No puede ser algo barato, algo demasiado banal que pueda desaparecer si verdaderamente es tu amigo.
Yo quiero decirle que es mi amigo, porque a pocos los llamo mis amigos. Pero si no puedo lograrlo, si solo lo trato como alguien más, entonces no deseo hacer nada. 

"Prefiero que seas nada a que seas menos de lo que mereces"... 

Eso es.. algo muy cruel, ¿verdad?
Y acabo justo de recibir una llamada pidiéndome que me reúna con ellos. Se lo festejaran en esta hora libre, y yo... yo estaba tratando de encontrar mi decisión, si ir o no. Al final, realmente escape. Me fui del salón, tratando de mantener la serenidad para no llamar la atención, y los acabó de rechazar. 
Porque soy alguien muy enferma.
Y me dije, que lo mejor sería ir, porque últimamente me he estado comportando de una manera muy horrible, estoy muy apagada con ellos y ya casi no pasó tiempo a su lado, me he aislado. Me dije que lo mejor sería ir, pero... no pude hallar el valor. 
Realmente, estoy seguro que alguien se ofenderá. ¿Cómo les daré la cara después? Simplemente, como si nada hubiera pasado. Si ellos me odian, al menos sabré que me lo merezco.
Prefiero ser despreciada con una razón, a que me odien sin ella.
Porque es doloroso... Y yo no merezco comer pastel, o disfrutar con ellos, si ningún esfuerzo hice por merecerme ese lugar. Me odio a mi misma, no creo que eso permita a otras personas a quererme. Porque no sé que hay de bueno en mí, aparte de que parezco tierna, y no puedo enseñarle a otro lo desconocido.

Y se lo dije a otro amigo, cuando me trataba de convencer, por chat, y como era compartido me dije cuando lo recordé: "solo estoy haciendo que sientan pena por mí"
Eso es... patético. No merezco ni su pena, si la estoy buscando.

Por eso, en este blog desconocido, es que me desahogo. Nadie lo leerá, ni nadie me dará una pena inmerecida. 
No hay nada merecido en mí, porque al final me doy cuenta de mis verdaderas intenciones, y siempre son patéticas.


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