martes, 25 de septiembre de 2012

Segundas Palabras: Tal vez Mejoría

La verdad es que por eso nunca afirmo las cosas, la mente siempre puede verse influenciada, nuestra percepción no es imparcial, nunca en mi opinión.
  Pero eso ahora mismo no me molesta.
  Si digo que verlo me calma, realmente puedo creerlo y calmarme. Si digo que todavía me gusta, puedo creer que no hay vacío en mi corazón que me permita ponerme nerviosa. Hay algo con que distraerme y pensar,hay algo ocn lo que puedo soñar, simplemente soñar.
  No quiero tener novio. No, no y no. Realmente, eso solo me vuelve a poner nerviosa. Solo quiero que me guste alguien. Solo quiero a alguien que pueda ver y que me alegre el día porque exista. No necesito nada más.
  Tal vez he leído demasiadas historias de amor en mis mangas (historietas japónesas) y mi pesimismo se ha mezlado con ello y por lo tanto pude haberme creado cierto miedo a que haya algo más. Pero eso no importa ahora.
  La persona que "me gusta"... realmente no sé si todavía me guste, pero prefiero pensar que todavía lo quiero.
  La persona que me gusta ni siquiera me recuerda. Al menos de eso estoy segura. Fuimos en el mismo grupo en primero de secundaria, aunque me gustaba desde el año pasado. Fue hace dos años y practicamente nunca le hable. Obvio que no me recuerde.
  Por eso no importa si no quiero nada más, porque ni siquiera he tenido contacto con él ni tengo el valor para ir y hacer el primer contacto.
  Pero deseo que me siga gustando.
  Es lindo que te guste alguien, si eres como yo y realmente solo deseas la posibilidad de soñar.

La frase del día de hoy es!¡...

Un guerrero a veces se permite exagerar un poco, pero jamás confunde orgullo con vanidad.
 
 
Manuel del Guerrero de la Luz, Paulo Coelho

Me duelen mis piernas... Definitivamente no soy una guerrera.
Ayer el profesor de Educación Física nos dio palos de escoba, pero sin las cerdas, para que las pararamos en vertical, soltaramos y volvieramos a tomar con la otra mano. ¿Si pueden imaginarlo? El palo parado en vertical en el suelo, lo sostienes de la punta con una mano, suena el silbato  cambias de mano.
Así. Que bueno, no era muy díficil. Si lo sostenías recto el palo bien podía quedarse parado por su cuenta (lo logré una vez), si no la retiras bruscamente solo caerá lento y no hay mayor problema.
Después era lo mismo pero tenías que dar una palmada, después dos, después tocarte la cabeza, después cruzar los brazos. No todo seguido, en ejercicios separados.
Bueno, me duelen las piernas porque el profesor dijo que cuando a uno se le cayera el palo, todo el grupo debía hacer quince sentadillas.
E ibamos bien! Yo fui a la primera a la que se la cayó, pero no se me volvió a caer hasta el final de los ejercicios, o sea, solo dos veces durante toda la clase, y la segunda vez solo compartí la mitad de la culpa, porque después de hacer esos cinco ejercicios nos fuimos juntando. Primero dos personas, después cuatro, ocho,  hasta equipos de la mitad del grupo.
Al principio el profesor estaba sorprendido, porque casi no nos equivocabamos, pero cuando comenzamos a hacer los equipos más grandes los errores aumentaron, y logro el objetivo de la clase de las 250 sentadillas.
Me duelen mis piernas... Y el profesor dijo que lo estaba disfrutando.

Esta fue la mejor imagen que encontre para ilustrar Educación Físca, aunque no fue lo que hicimos hoy para nada. Me recuerda al ejercicio de los escalos de Harvard, ¿saben cuales son? Yo los detesto, también duelen y temo que me vaya a resbalar y torcer mi tobillo.
 

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